El grupo de 13 personas era heterogéneo,
pero tenía un vínculo común de asociación: la conservación de la naturaleza y
el medio ambiente. El día anterior en la
ISAE Universidad, sede de Metetí se había efectuado un foro sobre el mismo tema
y su eje central el Humedal Matusagaratí.
El entusiasmo se apoderó de todos, pero al final surgieron dificultades
y vehículos 4x4 nos llevaron 14 kmts por carretera de tierra y lodo. Un centinela se encargó de cuidar los carros mientras
nos adentramos caminando por sendos pastizales, unos 5 kmts, hasta llegar a la rivera de uno de
los parajes más impactantes de Panamá: “La Laguna de Matusagaratí”.
Lo primero que se nos
presenta a nuestros ojos es un escenario en el que la blancura caucásica de
millares de garzas resplandecía en el fondo verde de la arboleda
esmeralda. Semejante espectáculo solo es
digno de la mejor película de ficción; pero era real, nuestras cámaras
capturaban unas tras otras imágenes maravillosas… era un paraíso o al menos así
nos pareció. Era la tarjeta de
presentación del Humedal Matusagaratí el más grande de América y uno de los más
grandes del mundo.
Se trata de un “pantano”,
“cienaga” o simplemente “humedal”, con una extensión de aproximadamente
49,242 hectáreas y en la que habitan más de cien tipos de aves silvestres,
innumerables especies marinas, anfibios y una increíble biodiversidad en la que
la flora y la fauna dan paso a mamíferos en peligro de extinción como, el
jaguar, el tigrillo, el tapir o macho de monte, amén de animales menores de
sangre caliente como ñeques, conejo pintado, manigordos, morachos, iguanas,
ratas, serpientes; y otros que forman parte de todo un mundo de insectos entre
los que abundan el grillo, las hormigas, abejas, mariposas, termitas, avispas,
y un largo etcétera que conforman un complejo ecosistema saturado de tanta belleza
natural que solo resta postrarse ante la inmensa creación de Dios.
El ambiente húmedo tropical
se deja sentir provocando sudoración copiosa y mucha sed en quienes nos aventuremos
en la misión de testimoniar para el mundo la pronta desaparición de este humedal
si las autoridades panameñas no actúan a tiempo para evitar su desaparición. Una
empresa de ciudadanos colombianos en concubinato escandaloso y maridaje directo
con complacientes autoridades panameñas desde hace unos cinco años están desaguando
la “laguna”.
Desde hace cinco (5) años, seis
(6) canales de más de un (1) Km de largo
y cinco (5) metros de ancho con cuatro (4) metros de profundidad han sido
cavados artificialmente. Desde entonces,
más de 2,000 hectáreas han sido desaguadas y sembradas de arroz por la empresa AGRICULTURA
Y SERVICIOS DE PANAMÁ, S.A. La fumigación aérea con su accionar químico
borró del mapa más de 20,000 wichiches, patos silvestres, y cualquier cantidad
de aves migratorias que utilizaban la “laguna” como estación temporal de
descanso, apareamiento y cría de polluelos, aparte de las especies con vida
permanente que fueron extinguidos por la barbarie indolente, mezquina y mal
intencionada.
Hoy sabemos que este crimen
ecológico solo fue posible gracias a la corrupción de funcionarios públicos
bajo la protección de la impunidad, la ceguera de unos y las coimas a
muchos. El dinero debajo de la mesa impuso
su mando y subyugó la autoridad incompetente de las seudo- autoridades del
MIDA, ANAM, ALCALDIA DE PINOGANA, CORREGIDORES y otros con mente trasnochada
por el dinero que corrió a manos llenas para saciar el apetito desmedido de los
políticos criollos estúpidamente folclóricos abusadores del poder.
Absortos contemplamos los
efectos devastadores del “sangramiento” del humedal y nos hicimos el firme
propósito de sumarnos a esta causa para evitar la catástrofe inmediata. Todavía estamos a tiempo si de inmediato se
ordena detener el desagüe. La muerte de
millares de peces por la acción insecticida y herbicida de los agroquímicos es
un hecho salvaje y criminal. Tan horrendo atentado contra natura debe ser
investigado, aclarado y castigado.
La impunidad es el peor de
los comportamientos humanos y es de forzoso cumplimiento la pronta acción de la
justicia.
ISAE UNIVERSIDAD
estuvo allí con estudiantes y profesores; SENAFRONT; la Alianza Por un Mejor
Darién; personas particulares y el ambientalista ALFONSO BECH de Cataluña,
España. Todos fuimos testigos de
una escalofriante noticia: en menos de 3 meses han sido asesinados 6
jaguares. Al ir desapareciendo el
humedal también van escaseando los eslabones de la cadena alimentaria de estos
animales y se ven precisados a cazar terneros; potrillos, etc., por lo que los
campesinos disparan contra los felinos para evitar pérdidas en sus pequeñas
ganaderías. Pareciera que se ha creado
un círculo pernicioso de afectaciones multilaterales.
Los daños al humedal tienen
repercusiones que impactan de una manera o de otra en la vida de todos. El humedal de Matusaragatí es parte del Tapón
del Darién, y es la parte baja de la Reserva Hidrológica de la
Cordillera del Filo del Tallo y por ende es axiomática su condición de
área protegida y debe declararse patrimonio de la humanidad. La pasividad y la duda hacen complicidad con
la destrucción del planeta tierra y por ende de nosotros mismos. Si andamos lentos en esta brega, lenta también
será la extinción humana. La tierra en
nuestra casa, nuestro habitad, nuestro hogar, nuestro planeta y todo en él es
ejemplo perfecto de equilibrio y divinidad. Salvar y proteger el humedal de
Matusagaratí es salvarnos a nosotros mismos.
Actuemos ya, seamos responsables con nuestra propia existencia y seamos
también herederos del amor a la vida.
POR UN MEJOR DARIEN
DR. PLUTARCO ARROCHA
Presidente
de
ISAE
UNIVERSIDAD
Julio
de 2014